Los querubines tienen una larga historia en la mitología y la religión, y su significado ha evolucionado con el tiempo. Originan de las tradiciones religiosas del antiguo Medio Oriente, particularmente en las religiones abrahámicas (judaísmo, cristianismo e islam). En estas religiones, los querubines son una clase especial de ángeles que sirven como guardianes y mensajeros de Dios.
En la Biblia, los querubines son mencionados en varios pasajes, incluyendo el Génesis, donde se les coloca para proteger el Jardín del Edén con espadas flamígeras después de la expulsión de Adán y Eva. En el libro de Ezequiel, los querubines son descritos como criaturas con múltiples caras y alas, simbolizando su poder y cercanía a lo divino.
El término "querubín" también ha sido asociado con la iconografía del Renacimiento y el Barroco, donde se les representa como pequeños ángeles alados, con rostros infantiles y expresiones de pureza y amor. Estos querubines decoran pinturas, esculturas y otros artefactos religiosos, simbolizando la protección divina y el amor celestial.